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En un país como pueda ser España había dos pueblos muy parecidos… salvo por un pequeño-gran matiz podríamos decir que iguales.

El primero tenía su única fuente de agua en el centro de su Plaza Mayor, y en el segundo pueblo la única fuente de agua estaba en la casa de un vecino. Los habitantes del primer pueblo tenían acceso al agua libremente y podían sin demasiados problemas tomarla, llevarla… darle uso en las labores más básicas. Para saber lo que pasaba en el segundo solo tienes que mirar a tu alrededor. Si te fijas lo verás en cada pequeño detalle. Te puedo decir que aquel hombre “afortunado” no sabía qué hacer con tantísima agua, que enfermaba de la humedad, tenía hongos y termitas en casa mientras sus demás malamente sobrevivían. Solo un pequeño factor desequilibraba todo un pueblo por completo. El agua de la fuente es un brote de lluvia. Es que acaso cuando llueve lo hace solo en casa del poderoso?

¿Alguna vez te paraste a pensar por qué todos los países del mundo, por qué todas las ciudades del mundo, estén terriblemente endeudadas? Desde luego es un tema capital y por eso merecería la pena dedicarle mucho tiempo. Hace no muchas décadas era impensable tal endeudamiento porque las administraciones públicas pueden generar su propio dinero

¿Por qué pasar sed en lugar de poner la fuente en la plaza del pueblo?

José Antonio Santos 🙂