Destrucción del patrimonio. Error de concepto
Es preciso incidir en la enorme destrucción que estamos provocando en nuestro patrimonio monumental por ignorancia e inconsciencia. Debemos profundizar en este tema, porque no hay cambios en la sociedad respecto a esta cuestión y el deterioro a gran escala del patrimonio avanza incólume. Por ello, en “habitar el paisaje”, el blog de silencioarquitectos.com, vamos a publicar una serie de artículos e informaciones (a mediados de mes) para alertar por esta problemática.
Empezaremos por explicar la cuestión con un ejemplo sencillo para que se puedan entender, aunque sea levemente, el concepto del destrozo y la colosal escala del mismo. Más adelante hablaremos con cierto detalle de la construcción tradicional y de las causas de la destrucción del patrimonio, y analizaremos al menos un caso práctico. Lo haremos siempre del modo más sencillo posible, para que cualquier persona pueda entender lo terrible de la situación.
Imagine usted que tiene un valiosísimo carruaje de caballos del s. XVII realizado en madera de caoba. Imagine usted que, por diversas circunstancias, se ha mantenido razonablemente bien hasta la fecha. Usted lo cuida y lo mantiene, lo rueda un poquito de vez en cuando para que siga vivo, y quizá, incluso, lo utiliza muy puntualmente con un cuidado nunca exagerado. Desde luego, usted lo valora como la pieza importante y preciosa que es.
¿Encomendaría usted el mantenimiento de su carruaje al taller de chapa y pintura de Manolo, ése de la esquina? No dudo de que Manolo sea un gran profesional en su oficio, pero seguramente sea un restaurador inadecuado para el carruaje. Y es que, a base de chapas y remaches, es casi seguro que Manolo convertirá el magnífico carruaje en un tanque fúnebre de película de serie B.
Si esta lógica es peligrosa y destructiva… ¿por qué la aplicamos con todos nuestros monumentos?
En nuestro país se está interviniendo en el patrimonio de forma sistemática desde la ignorancia, y el resultado está siendo el desastre. Recuerde el carruaje de caballos… ya le hemos cambiado las ruedas por orugas.
Hablar de “patrimonio” es hablar de valor, de un valiosísimo recurso, e incluso, directamente, es hablar de dinero. En este país estamos dilapidando nuestros recursos de un modo sistemático. Lo mismo ha sucedido, por ejemplo, con los grandes agujeros de la banca; sólo que lo que decimos se remonta a siglos e implica pérdidas mucho mayores, y aquí nadie repara en ello.
Hasta principios del s. XX los edificios se construían con mortero de cal; de hecho, el cemento que hoy conocemos ni siquiera existía. La forma de ser y de comportarse de los edificios tradicionales es completamente diferente a la de los edificios más modernos realizados con mortero de cemento. Poner cementos en edificios construidos con cal significa condenarlos a la destrucción, y, sin embargo, lo hacemos por sistema en prácticamente todo nuestro patrimonio.
Respetemos las cosas. Respetémoslas tal y como son. No las destruyamos ni las alteremos para imponer nuestros prejuicios sobre ellas! Ellas en sí mismas ya son perfectas, y lo mismo sucede con el mundo.
La verdad está en el mundo. Como decían en la famosa serie de extraterrestres cuyo nombre no recuerdo: “La verdad está ahí fuera”. Nuestra mente contiene opiniones, impresiones, puntos de vista… pero es simplemente incapaz de contener la verdad.
José Antonio Santos Pérez : )