Televisión o proyector ¿?
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12 Sep 2015
Las construcciones tradicionalmente se levantan en torno a elementos que resultan claves para sus habitantes. Esto se aprecia en construcciones de cualquier época, cultura, o nivel de desarrollo de la sociedad que la construye… se aprecia incluso en construcciones de animales u otro tipo de soluciones naturales. Tiene que ver con qué es lo que sus habitantes consideran importante.
Podemos ver en monasterios, casas tradicionales, tiendas de nativos americanos o nidos de pajarillos qué es lo que valoran… cómo el fuego, el agua, la luz o el aire han sido elementos clave a la hora de concebir los edificios. Y cómo estos elementos siguen estando presentes en los edificios que se construyen en la actualidad pero más obviados, dados por hecho… desplazados de una posición protagonista, de orgullo, de cercana conquista.
El nuevo centro de los hogares en España es la tele!. Un hogar sin televisión no es un hogar. Lo demás podría pasar desapercibido pero la tele es un “must”!
“La tele” llama mucho la atención, demasiado para mi gusto: estando apagada es un enorme rectángulo negro en un contexto casi siempre blanco o de colores vivos; estando encendida es aún más capturadora porque emite formas, luces, sonidos y colores!. No puede no llamar la atención. Es como la misma publicidad, te atrae la vista aunque no te interese y eso no mola (pruebalo tu mismo en cualquier bar, observalo en las personas que allí te rodean). Es decir… te distrae e impide hablar con otra persona aunque quieras hacerlo.
Es hora de dar un paso al frente!. La televisión ha aportado mucho pero no es más importante que el agua o el aire… es hora de ponerla al nivel de otra instalación más.
Existen unos aparatos que son blancos, pequeños, compactos, discretos, que cuelgan del techo, que proyectan imágenes mucho más granes que las teles (las proyectan en paredes o en pantallas que se pliegan resultando también muy discretas), que permiten las relaciones humanas por no ser una presencia intimidatoria o atrapadora, que lo apagas y desaparece, que no tiene cámara ni gran hermano al otro lado, que son mucho más baratos que las televisiones, que además tiene la ventaja de que se conecta mediante un ordenador a internet con lo que resulta mucho más útil… puede usarse para hacer presentaciones (convirtiendo eventualmente un comedor o un salón en una moderna sala de reuniones), dar clases, cursos, montar karaokes, proyectar imágenes para pinar en pizarras o en lienzos, esculpir, decorar y un largo etcétera… hasta te lo puedes llevar para hacer todo esto y muchas más cosas allí donde quieras llevarlo. Estos aparatos se llaman proyectores.
Hace unos pocos años comprábamos una tele porque era novedoso. Ahora incluso personas muy pobres tienen enormes televisores en casa pagados a plazos -en Marruecos incluso es común tener tele y “no poder” comprar una lavadora-. Y cuando todos lo tenemos, ya no hay novedad ni distinción en tener tele. O dicho de otro modo: “tu también tienes televisión? igual que todos los demás, qué aburrido!”.
Para mí la pregunta es muy sencilla… qué debe primar en los espacios en los que vivimos? quién es en realidad el protagonista? es la tele? trabajamos para que ella viva bien?. O son las personas, las relaciones entre ellas y la creatividad que refresca cada momento de sus vidas?
No se tú pero personalmente, puestos a tener uno u otro, -siempre quedan otras opciones como no tener niguno de los dos-… no tengo ninguna duda!.
José Antonio Santos Pérez 🙂
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