Diccionario mundial
Más que idiomas mundiales… qué interesante sería tener un diccionario mundial.
Los idiomas mundiales en teoría sirven para que todos nos podamos comunicar, pero eso no es verdad.
Muchas veces nos cuesta conectar con nuestros seres cercanos aunque compartamos un idioma y muchas experiencias.
Otras conectamos con personas con las que no tenemos idiomas en común.
Además en algunos casos es mucho peor porque los idiomas mundiales también sirven para alimentar ansias de conquista, para eliminar idiomas más pequeños, para eliminar culturas, para eliminar verdades.
Un diccionario mundial no pretendería que las personas se comunicaran entre sí ni que nadie conquistara a nadie.
Sería inútil querer comunicar porque muchas veces cada uno es en sí mismo un mundo gigantesco y a veces también muy complicado;
y desde luego conquistas o limpiezas las justas si no hablamos de la mente de cada persona.
En un diccionario mundial solo aparecerían los conceptos que usa todo el mundo y aparecerían con las variantes de cada cultura (su escritura, su pronunciación, sus matices culturales)
De este modo un diccionario mundial ayudaría a cada persona a comunicarse consigo misma;
serviría para ver qué conceptos están presentes en todos los idiomas del mundo, qué conceptos son realmente importantes;
qué conceptos existen en los pueblos marineros, indígenas, industriales, esquimales, mineros o en pueblos antiguos;
qué conceptos se repiten en las diferentes mitologías del planeta;
serviría para dejar de lado muchos de los conceptos en los que nos fundamentamos porque muchos son, en realidad, simples inventos…
… conceptos que en última instancia, por irreales, son focos de confusión y conflicto, nidos de expectativas infundadas;
serviría para apreciar los infinitos matices que cada concepto tiene en mil culturas;
serviría por lo tanto para ver la vida, no en blanco o en negro, sino en un millón de colores como es en realidad;
enfatizaría aquello que todas las personas del mundo valoran, no para vivir cada uno en su cáscara de una nuez,
y todo lo que se puede leer, todo lo que se puede decir pasa por ese tamiz.
Con un diccionario mundial cada persona podría reflexionar, renovar su forma de pensar y fundamentarse en conceptos afianzados no por un pueblo de comerciantes, de judíos o de mafiosos…
… sino por un mundo entero y variado de experiencias
José Antonio Santos Pérez 🙂
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