Destrucción del patrimonio. Caso real
En esta tercera entrada de la serie “Destrucción del patrimonio, caso real”: analizamos la fachada del atrio norte de la iglesia segoviana de San Martín, ya machacada*. Esta fachada, que fue una vez una obra magnifica, tiene mucho que enseñarnos porque, a día de hoy, está completamente destrozada.
A
Sobre el alzado fotogramétrico, no muy preciso pero sí suficientemente resolutivo, apreciamos:
1. que la calle ha sido pavimentada con cemento hasta llegar al muro, evitando la transpiración del suelo y provocando el tránsito de las humedades a través del muro,
2. que el atrio ha sido cerrado, eliminándose la ventilación de los espacios interiores, el saneamiento de los muros, dañándose el buen estado de las estructuras, etc,
3. las consecuencias de la aplicación de cementos, en forma de humedades, de rocas pulverizadas y destrozos variados,
4. fisuras en un muro que empieza a quebrarse y a colapsar, pues sus pies ya no aguantan,
5. piedra enferma y destrucción de todo tipo de virguerías en la piedra,
6. sustitución de piezas sin perspectiva, es decir, intervenciones desatinadas que no resuelven el problema de raíz, con lo que la enfermedad avanza,
7. tremendos parcheados en un muro cuya sección útil -y, por tanto, cuya capacidad estructural- está anulada: sus pies ya no aguantan,
8. canalones recientemente instalados que llevan el agua a la fachada y que contribuyen aún más al deterioro de la iglesia,
9. canalones que depositan el agua a los pies del muro, cuando la función del tejado tradicionalmente es exactamente la contraria.
Vemos una barbarie que no tiene freno, cuyas causas se desatienden y que ni siquiera es percibida al pasar junto a ella. Es una máquina de destrucción que se retro-alimenta y que debemos frenar.
En esta imagen tenemos delante de los ojos lo que somos, y, siendo sincero… se ven muy pocas cosas buenas: inconsciencia, ignorancia, soberbia, absoluta falta de consideración, desprecio de la belleza, de lo que somos… etc.
¿Qué va pasar con todas las iglesias, palacios, castillos… si ni siquiera tenemos conocimientos para respetarlos? El patrimonio es sencillo y económico de mantener si cuenta con los conocimientos y la actitud adecuados; por eso se llama “patrimonio”: porque es un recurso, un valor. Pero, si esto no se sabe, entonces se convierte en una arteria abierta y una bomba de relojería.
* Si quiere acceder al primer artículo de la serie dedicada a la destrucción del patrimonio. Destrucción del patrimonio, el concepto… pulse aquí
Si quiere acceder al segundo artículo de la serie dedicada a la destrucción del patrimonio. Destrucción del patrimonio, las causas… pulse aquí
José Antonio Santos Pérez : )