A nuestro servicio!
Basta observar la vestimenta de los políticos -por llamarles de un modo aséptico- de nuestra sociedad para saber realmente de qué va la cosa… La teoría es que esa vestimenta tiene que ver con gente seria y que “representan” mejor al pueblo llano si visten como banqueros o grandes empresarios; pero eso es en sí mismo absurdo. Pongamos un ejemplo para verlo claramente: ¿tendría sentido que los carpinteros vistieran como esquiadores?… evidentemente no. Todo tiene sus razones, y la vestimenta de nuestros pretendidos representantes no es una excepción. Entonces, ¿de dónde viene realmente su interés de pasar por grandes empresarios cuando sus labores son totalmente diferentes? Pues el vestir asi es una manera que tienen de vincularse a las grandes empresas y corporaciones; o, dicho de otro modo, es una vestimenta que viene asociada a las puertas giratorias, la corporatocracia, la plasmación de un sistema del tipo granja humana, etc.
En el esquema teórico en el que vivimos, estos personajes trabajan para la sociedad y la suya es una labor muy delicada. Por lo tanto su vestimenta, si somos coherentes, debe favorecer a un funcionamiento sano; ésta debe hacer a los políticos llamativos, inconfundibles, variados (tiene que permitir organizaciones) y permitir a las personas una comprensión inmediata de la situación. Siguiendo este hilo, un punto de partida más razonable que los ropajes actuales sería una equipación deportiva. Este modelo de ropa fosforita, llamativa y con su número y dorsal permitiría diferentes formas de organización y facilitaría también la identificación del llamado “servidor público”.
Partiendo de ahí, entiendo que hay ciertos requisitos que la ropa tiene que cumplir. Las equipaciones para el servicio político tienen que proteger del frío, de la lluvia ocasional etc., de modo que podemos acercarnos a una línea de ropa de casa -pantuflas incluidas- y plantearla con ese sentido de equipo y de servicio público que nos guiaba. Ropa cómoda donde las haya, de andares torpes y aspecto algo ridículo quizá, pero en los tiempos que corren son muy recomendables para que nuestros “servidores” no se pasen de la raya.
En la misma línea, y quizá como detalle delicado y sofisticado, avanzaría que los tejidos deberían tener también cierta transparencia -al menos en verano-, lo que para empezar haría que estos personajes cuidaran un poco más su cuerpo y su imagen, que también es importante y que en muchos casos es horrible. Mens sana in corpore sano.
Nuestra sociedad está profundamente desequilibrada y, como en todo desequilibrio, hay que pensar en dos tipos de medidas: medidas a corto plazo para evitar males mayores y medidas a largo plazo para equilibrar el conjunto de la sociedad.
Con una vestimenta de este tipo cambiaría la psicología del pastor o creador de leyes, alejándonos del peligro, y cambiaría a la vez la psicología del rebaño o pueblo, al despertarlo y poner en sus manos las riendas de su vida. Además, una medida de este tipo en un mundo de información tiene una repercusión grande y directa en cada rincón del planeta y, por si fuera poco, potenciaria enormemente la economía de España, que está enfocada a recibir gente, y por ende reduciría el yugo económico que estos piratas nos han colgado.
José Antonio Santos Pérez 🙂
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