Tiempo de bellotas!
La bellota es fruto y semilla de las encinas, los robles, los alcornoques y los quejigos (especies del género Quercus)… y todos ellos son inseparables de nuestra forma de construir, de comer, de nuestra economía, de la calidad del suelo, y del paisaje que nos rodea. En un bosque el suelo es mullido, fresco, aromatizado, fértil; en un terreno “pelao” es duro, árido, contrario a albergar vida. Hoy extensos territorios de la península ibérica no tienen árboles. De hecho Castilla la vieja, cuna de aquello que tal y cual… ya es conocida por su planicie, por su sequedad -Castilla yerma y seca- y, lo que a mí más me asombra es que muchos de sus habitantes lo prefieren así.
Las ardillas siembran las semillas en otoño, a modo de almacén, para resistir el invierno. Éstas, junto a las bellotas, forman un equipo excepcional para la repoblación de los bosques pero… ups! tampoco hay ardillas.
Se cuenta que antiguamente una ardilla podía cruzar la península ibérica sin pisar el suelo de la cantidad de árboles que había, se dice concretamente que saltando entre encinas y robles. No puedo decir que así fuera, no lo sé, pero sí entiendo perfectamente que la riqueza de un territorio, y por tanto la abundancia y la tranquilidad de sus habitantes, pasa necesariamente por los árboles. Si antaño una ardilla podía hacerlo, hoy tiene que afrontar la sequedad durante cientos de kilómetros o aprender a hacer autoestop.
Desde silencioarquitectos te proponemos que plantes árboles. Nosotros ya llevamos años haciéndolo y, personalmente, pienso que hay pocos planes más divertidos, positivos, constructivos, educativos y sanos para otoño que coger muchas bellotas y sembrarlas. Puedes ir con niños, con amigos, con familia o solo; puedes compaginarlo con paseos, escapadas o aprovechando que vas a por setas; sea como sea disfrutarás como si tuvieras 7 años.
Si los conejos se comen los plantones, me alegro por ellos!. Esperemos que les sienten bien, los conejos se encuentran muy afectados por una enfermedad llamada mixomatosis -contraída por metedura de pata de los hombres- que ha reducido su número drásticamente y con ellos el número de otros muchos animales que dependían de los conejos
Si te llueve… pues qué suerte!. Eso significa que los dioses están contigo.
Con que cada uno de nosotros plante 1 bellota a la semana/50 bellotas al año, en pocos años podríamos doblar el número de árboles que hay en la península… afectando cada uno y de forma imparable a la economía, a la riqueza del territorio, a nuestra mentalidad, etc.
Hay un cuento maravilloso escrito por Jean Giono y publicado en 1953 que se titula “El hombre que plantaba árboles” en su versión española. La misma historia también tiene una preciosa versión hecha mediante dibujos animados que cuelgo a continuación del texto -para el que necesite todavía algo más de inspiración en la tarea que proponemos-.
A través de los medios no dejamos de estar pendientes de éste político, del fútbol, o de aquella comisión… pero, en el fondo, todo eso da igual. Si la tierra no es fértil… todo lo demás son áridas supercherías.
José Antonio Santos Pérez 🙂
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