El restaurante el Cordero, en la bajada de la Calle Carmen desde el Acueducto, se encontraba completamente “oscuro” hasta hace pocos meses. El edificio tradicional, que aloja el restaurante, estaba negro y una triste capa de cemento ahogaba sus muros y los sometía a torturas de todo tipo; la zona nueva, en la que se encuentra el bar-vinacoteca, parecía dormitar a su vera, también demasiado callada e incomprendida como para levantarse orgullosa hacia el cielo.

Ahora en esa calle reluce un edificio que brilla sano como el marfil, y en la todavía descuidada calle Carmen resalta como una perla una espléndida terraza.

Hablamos de:
· un edificio de gran valor patrimonial, casa de Carmelitas fundada por Santa Teresa de Jesús, cuya fachada ha sido restaurada con conocimiento y cariño,
· un edificio del entorno de protección de un BIC (Bien de Interés Cultural) que ya querría estar la mitad de bien de lo que se encuentra El Cordero
· un restaurante de toda la vida que se refiere a la más potente empresa que ha albergado su tierra y al más tradicional de entre los asados típicos segovianos
·  una entera forma de construir que vuelve a brillar como ha brillado durante siglos debido a que le damos al cemento su lugar, lejos de muros levantados mediante cal.

A su lado las viejas fachadas que fueron rehabilitadas con cemento están grises (a pesar de los tintes que sí aplican en ellas) y muestran terribles humedades para que aquel que tenga los ojos abiertos, vea.

El visitante podrá apreciar que El Cordero, gracias a la cal y al respeto por la construcción tradicional, luce vistoso y auténtico entre los más importantes Restaurantes tradicionales segovianos.